GOOD BYE LENIN
Entre finales de 1989 y principios de 1990, los ciudadanos de la República Democrática de Alemania vivieron en primera persona uno de los acontecimientos políticos más importantes de todo el siglo XX: la caída del muro de Berlín y la reunificación de Alemania, que marcó el principio del fin para todo el bloque comunista. En Good Bye Lenin!, el realizador alemán Wolfgang Becker se fija en la dimensión humana de este trascendental proceso histórico, a través de los ojos de una familia de Berlín Este zarandeada por los cambios que se producen a su alrededor.
La anécdota argumental que sostiene la película es tan simple como efectiva: una mujer alemana, socialista convencida, sufre un infarto al ver cómo detienen a su hijo Álex durante una manifestación a favor de la apertura política de la RDA. Cuando despierta del coma, ocho meses después, el mundo a su alrededor ha cambiado sustancialmente: el muro ha caído, miles de productos occidentales invaden las calles y las tiendas de Berlín Este, incluso su hija ha dejado la carrera de ingeniería para trabajar en un Burger King. Convencido de que su corazón será incapaz de superar tantos cambios, Álex decide ocultarle la verdad a su madre, y construye a su alrededor un microcosmos en el que la Alemania socialista sigue estando viva.
El argumento le sirve a Wolfgang Becker, director del filme, para realizar una peculiar reflexión sobre el mundo capitalista y sobre el antiguo régi-men socialista. Si bien Becker muestra su casi total oposición al régimen que gobernaba la RDA, el realizador alemán también pone ante nuestros ojos las principales lacras del capitalismo: el con-sumismo, la falta de solidaridad entre los indivi-duos y la absoluta preponderancia del dinero so-bre cualquier tipo de valor humano. En este sentido es terrible la forma en la que el realizador y Bern Lightenberg, guionista del filme, retratan a todos aquellos que creyeron en un régimen que fracaso. Frustrados y sin ninguna razón de vivir, los viejos simpatizantes socialistas también querrían vivir en ese mundo imaginario en el que vive la madre de Alex.
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